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El área de apoyo psicopedagógico del Hospital San Juan de Dios de Sevilla ha culminado esta semana el taller piloto de habilidades sociales dirigido a menores a partir de los 4 años con dificultades en las relaciones interpersonales. Se trata de una experiencia pionera que tiene como objetivo enseñar a los pequeños a desenvolverse en el trato con los demás.
Según algunos estudios, el 9% de los menores presenta algún tipo de dificultad en las relaciones con los demás (síndrome de Asperger, trastornos de conductas, Déficit de Atención, hiperactividad o trastornos emocionales) Este curso pretende abordar toda esta problemática a través de un aprendizaje que promueva la autoestima y la valoración de las ideas y los sentimientos propios y ajenos.
El taller trata de estimular a los pequeños para escoger, entre diferentes alternativas, la que resulta más apropiada para evitar una situación conflictiva. Las habilidades sociales son fundamentales en nuestra relación con los demás. Dar las gracias, comenzar una conversación, hablar amablemente, respetar los turnos son herramientas de cortesía que requieren un aprendizaje. Expresar nuestros deseos y necesidades es una muestra de madurez emocional. El manejo de todas estas claves ayuda a prevenir y manejar conflictos y a construir vínculos con los demás a través de la empatía y la tolerancia.
Los niños y niñas que manejan las habilidades sociales son más felices porque son más aceptados por los demás, se adaptan mejor a su entorno, obtienen mejores resultados en la escuela. La novedad de este taller radica en la implicación de los padres en este proceso. El curso proporciona estrategias a las familias para mantener conductas sociales positivas. El proyecto piloto se desarrolla desde principios de mayo y finalizará la primera semana de julio. Durante ese periodo, los pequeños acudirán al taller una vez por semana durante una hora y media. Los padres están citados una vez al mes. Ellos también ampliarán sus conocimientos con el objetivo de promover en sus hijos comportamientos asertivos, prevenir problemas de adaptación y, en general, educar al pequeño para relacionarse positivamente con su entorno social.
Se trata de una primera experiencia que tendrá continuidad en el próximo curso escolar. Para detectar si un menor necesita mejorar sus habilidades sociales, los terapeutas establecen una serie de pistas como el retraimiento, la timidez, problemas de conducta, dificultades en el aprendizaje o desórdenes en la comunicación. Los cursos están dirigidos a niños mayores de cuatro años y abordan desde la estimulación para hacer amigos hasta las destrezas escolares, el control de la agresión mediante alternativas más resolutivas o manejo del estrés.