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Dos de cada cien mil habitantes tiene cáncer de piel y su diagnóstico crece a un ritmo del 7% anual. Además es el tumor más frecuente entre los jóvenes de 25 a 29 años. La obsesión por el bronceado está directamente relacionada con los carciomas de piel, así que la única manera de prevenirlo es evitar la exposición al sol, especialmente durante el verano.
El Hospital San Juan de Dios de Córdoba celebró el pasado viernes unas jornadas de sensibilización en colaboración con la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) entre las personas que han acudido al centro para recibir cualquier tipo de asistencia.
Personal sanitario del Hospital, junto a voluntarios del centro distribuyeron cremas solares de alta protección cedidas por un laboratorio dermatológico e informaban sobre métodos de prevención y la importancia de un diagnóstico precoz. Además, y como gran novedad, han incorporado las nuevas tecnologías para llegar a un público más juvenil y concienciarles de la importancia de la prevención. Se trata de un App para Android y Smartphones llamada “Superprotectora”, a través de la cual se explican las maneras de protegerse del sol de forma divertida y así implicarles en el uso de la fotoprotección.
La doctora Victoria Amorrich, especialista en dermatología en el centro, explicó que “el cáncer de piel es cada vez más frecuente. “Estamos asistiendo a un gran aumento, tanto de melanomas – el más grave de ellos- como de cánceres de piel no melanoma. Resulta crucial su detección precoz. De ahí la importancia de este tipo de actividades de promoción y prevención de la salud”.
Algunos de los síntomas o lesiones de esta patología son los cambios en el color de la piel expuesta al sol, dolor, inflamación, sangrado, costras; heridas ulcerosas y que tardan en curarse, un lunar con bordes irregulares y que crece rápidamente, entre otros. Tanto los especialistas como la AECC recomiendan acudir al dermatólogo si se detectan estos síntomas.
Este tipo de cáncer se relaciona con exposiciones prolongadas al sol a lo largo de la vida. Cuanto mayor ha sido la dosis de radiación recibida, mayor es el riesgo de aparición de cánceres en la vida adulta.
La mejor manera de prevenir las patologías de la piel es evitar la exposición al sol, especialmente entre las 12 horas y las 16 horas, usar protección solar cada dos horas, hacer uso de gorros y gafas de sol homologadas. En el caso de los niños, deben protegerse con camisetas opacas y secas.
El diagnóstico de la inmensa mayoría de los cánceres de piel es posible mediante la simple exploración clínica. Desde hace unos años, los especialistas se apoyan en la dermatoscopia, un sistema de lentes y luces polarizadas que permiten observar cómo se distribuye el pigmento en la capa basal de la epidermis.