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08/05/2017 - 10:59 General
“Para hacer que una lámpara esté siempre encendida no debemos dejar de poner aceite” (Madre Teresa de Calcuta).
Espiritualidad y salud, dos palabras inconexas a priori que están íntimamente relacionadas. En 1946, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como algo más allá de la ausencia de enfermedad, es un estado de completo bienestar físico, mental y social. Posteriormente, en los años 90, se redacta un informe señalando la dimensión espiritual como uno de los componentes de la salud integral (Ginebra 1990). Este hito marca un cambio en la visión de la salud y los factores que influyen en la calidad de vida.
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