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“La prevención del consumo de drogas y alcohol se ha basado siempre en dos premisas: por un lado, en reducir la exposición (evitar o disminuir situaciones vinculadas al consumo); y, por otro, e igualmente importante, construir a la persona, es decir, disponer de un buen bagaje de relaciones humanas, proyectos personales, aficiones, actividades saludables, etc…”. Así se expresa Jaime del Corral, médico psiquiatra especialista en adicciones de la Clínica Nuestra Señora de La Paz de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ante el aumento de consumo de drogas durante las fiestas navideñas. “Todos los modelos modernos de terapia de adicciones y, en concreto en nuestra clínica, se basan en estos principios”.
Las Navidades son una época propicia para el consumo de sustancias y muy peligrosa para aquellas personas que se encuentran en proceso de desintoxicación. El motivo, como señala Del Corral, “tiene que ver más con la psicología de grupos que con aspectos individuales”, ya que, en su opinión, en estas fechas se crea un clima generalizado de celebración y de excesos “que genera un efecto de contagio mutuo y conduce al consumo de sustancias”. Algunos factores individuales, como la sobrecarga emocional, son también muy importantes.
Como él mismo señala, el porcentaje de recaídas es muy variable dependiendo del tipo de tratamiento empleado “cuanto mayores son los medios, mayor es el porcentaje de éxito, que puede oscilar desde un 5 por ciento en un tratamiento convencional en consulta, hasta un 50 por ciento de éxito en un programa dotado de muchos medios como el que desarrollamos en la Unidad de Patología Dual”.
Las recaídas son muy comunes (casi la norma) en el proceso de rehabilitación de un adicto, la razón, destaca Del Corral, “no es sólo un impulso de consumir drogas, sino también todo un entramado de justificaciones y motivaciones para consumir. Esto hace que, cuando se rehabilitan, transformen sus fuentes de estrés o de malestar personal en justificaciones para volver a consumir, que es lo que más dificulta el proceso de deshabituación”.
Las relaciones familiares en Navidad
Esta época del año incita a que, incluso quienes no participan demasiado de ella, piensen en su familia. El psiquiatra resalta que esto produce, inevitablemente, “una exaltación de emociones muy diversas en todos nosotros que creo que es casi inevitable”. Y, desde su experiencia “los estados emocionales intensos favorecen el consumo de drogas, especialmente los negativos”.
También existe el tópico de que en Navidad se ocasionan más discusiones familiares. Para el especialista de la Clínica Nuestra Señora de La Paz esto es cierto, ya que “en las celebraciones familiares (también, por cierto, en las de los trabajos, de vecinos…) se concentran un gran número de personas con lazos emocionales más o menos intensos, que en muchas ocasiones no se ven juntas a lo largo del año”. “Además -añade- suelen ser contextos de consumo de alcohol, que provoca una importante desinhibición”. En definitiva “tensión emocional general, concentración de gente, dinámicas de alianza o de oposición grupales, alcohol… es un caldo de cultivo muy propicio al conflicto”.
Tratamientos
La adicción se puede abordar de muchas maneras. Desde abandonar el consumo sin tratamiento hasta integrarse en un programa de ingreso. “Por lo general -explica Jaime del Corral-, se debe empezar por acudir a visitar a un especialista, y se irá incrementando la potencia terapéutica (los recursos utilizados) en función de los resultados. Si fracasa un intento, se debe repetir empleando más medios de apoyo”.
En su opinión y según la experiencia demostrada en la Clínica durante sus 60 años de existencia, “no hay ninguna duda de que aquella persona que quiere abandonar el consumo de una droga podrá conseguirlo si se le asignan los medios adecuados”.
Un consejo para todos durante estas fiestas “centrarse en lo bueno y aceptar con tranquilidad lo malo”.