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Los trastornos mentales figuran entre las patologías más comunes en la sociedad actual. El 25% de la población padecerá alguna enfermedad o trastorno mental a lo largo de su vida. En España hay más de 250.000 personas que desarrollan un trastorno mental grave. Sin embargo, las enfermedades mentales siguen siendo socialmente poco conocidas y las personas que las sufren pueden ser víctimas del estigma social así como de un proceso de propia discriminación hacia ellos mismos y hacia otras personas en su situación, factores que inciden en el proceso rehabilitador, algo abordado en el trabajo ‘Estigma y esquizofrenia: autoestigma’, realizado por especialistas del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos.
Con motivo de la celebración hoy 10 de octubre, del Día Mundial de la Salud Mental, se presentan los contenidos del citado trabajo, realizado por el psiquiatra José María Manzano, coordinador facultativo del área de salud mental del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos y profesor asociado del departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la Universidad Complutense de Madrid, y por Juan Jesús Muñoz, psicólogo clínico y coordinador de rehabilitación en el área del salud mental del centro. La principal conclusión es que las personas que padecen esquizofrenia u otras enfermedades mentales graves y duraderas como el trastorno bipolar, el trastorno delirante o la depresión tienen prejuicios acerca de su situación y tienden a estar de acuerdo con los estereotipos.
El estigma es una de las líneas principales de investigación del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos y, en este sentido, se está profundizando en conocer los factores determinantes del estigma en los propios usuarios afectados por una enfermedad mental grave, los profesionales que trabajan con ellos, los familiares y la sociedad en general.
Según Juan Jesús Muñoz “deberíamos esforzarnos por implementar métodos para eliminar el estigma, la discriminación y la exclusión social de pacientes y familiares afectados profundizando en la investigación de todos los determinantes que envuelven a la enfermedad mental grave y haciendo especial hincapié en los aspectos económicos, sociales y culturales”. El objetivo final “es considerar a la persona afectada por una enfermedad mental como una persona que padece cualquier otro tipo de enfermedad no estigmatizada por nuestra sociedad”.
La directora gerente de la Clínica Nuestra Señora de La Paz y del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, especializados en salud mental, Elvira Conde, reclama, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, un cambio de actitud, “la sociedad y las administraciones deben fomentar un cambio de mentalidad, que asegure el respeto hacia los derechos humanos, la dignidad y la situación de todas las personas que sufren algún tipo de patología relacionada con la salud mental y de su familia, que muchas veces también se ve inmersa en este círculo de prejuicios infundados”. Y añade que “se necesita más información, más sensibilización y más visibilidad de las personas que sufren un trastorno mental para evitar la estigmatización y exclusión social”.
En la Clínica Nuestra Señora de La Paz y el Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos se trabaja específicamente en la superación del estigma internalizado o autoestigma y se ha puesto en marcha una investigación coordinada por Juan Jesús Muñoz y titulada ‘Estigma en la esquizofrenia a partir de la visión de las personas afectadas por la enfermedad mental, familiares, profesionales y no vinculados a la enfermedad mental: influencia de aspectos cognitivos y emocionales’ en la que se elabora un análisis exploratorio descriptivo de la estigmatización hacia la enfermedad mental grave y duradera centrándose en la esquizofrenia. El objetivo final es generar una serie de actuaciones o programas de intervención a diferentes niveles de prevención, para así aportar una mejora en la atención a las personas afectadas directa o indirectamente por la enfermedad mental grave y duradera.
Esta prevención y atención precoz es una de las prioridades de la Clínica Nuestra Señora de La Paz. Tras más de 60 años atendiendo a pacientes con trastorno mental grave, han visto la necesidad de crear una Unidad de Atención Infanto-Juvenil, para dar solución a un problema que aumenta cada año, siendo la primera específica de la Comunidad de Madrid en un centro privado.
Como señala Álvaro Pico, coordinador médico de la Clínica, “históricamente, estos pacientes han sido poco o mal atendidos, lo que ha supuesto un aumento de los problemas asociados a sus patologías”. “La insuficiencia del número de camas en la Comunidad de Madrid –añade el doctor Pico- nos hicieron ver la necesidad de crear esta Unidad que trata a uno de los grupos más vulnerables de la sociedad, los jóvenes entre 13 y 18 años”. Siguiendo el modelo de la Orden en el hospital materno-infantil Sant Joan de Deu, en Barcelona, se intenta dar solución tanto a los ingresos como a las consultas externas, a través de las aseguradoras o de la financiación privada.