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31/01/2014 - 09:26 General

La Escuela de Padres del Hospital San Juan de Dios de Sevilla ha reunido recientemente a más de 40 progenitores interesados en aprender cómo educar con normas de conducta y límites que proporcionen a los hijos herramientas para formarse como personas y para enseñarles a convivir. Esta iniciativa está promovida por el área de Apoyo Psicopedagógico del centro, que pretende asesorar a padres y madres sobre comportamientos conflictivos o problemas de adaptación de sus pequeños.

En esta ocasión, la charla estuvo centrada en cómo educar con normas claras y establecer criterios consensuados por todos los miembros de la familia, con el objetivo de educar a los niños desde una perspectiva de desarrollo personal, en el que las normas y los límites tienen que servir de herramientas no como forma de controlar a los hijos sino para orientarles a una convivencia doméstica saludable y transmitirles seguridad para integrarse en la sociedad. Estas sesiones, según Rocío Carrasco, coordinadora del equipo de Apoyo Psicológico y Atención Temprana, se convierten “en un espacio abierto para intercambiar opiniones y promover el diálogo”.
Desde la Escuela de Padres, los límites son entendidos como las “barandillas de un puente” que proporcionen a los pequeños sentimientos de seguridad y control. Los límites han de ser claros, específicos, sencillos y positivos. Según Carrasco, “hay que informar con claridad, porque a veces los problemas de conducta aparecen porque los niños no saben qué se espera de ellos ni cuándo”. En palabras de Carrasco, los límites deben formularse de manera positiva, “deben explicar lo que hay que hacer, no lo que no hay que hacer, para así ayudarles a tratar con sus emociones”. Igualmente, ser firme no estar reñido con ser amable, sino que es una buena manera de lograr su atención y conseguir que sigan las instrucciones.
Por otra parte, la coordinadora del equipo explica que para que las normas funcionen deben cumplirse siempre que las circunstancias sean las mismas, si no, los límites deben ser revisados para no generar confusión en el niño: “Ni todo prohibido ni todo permitido; las normas tienen que ir evolucionando con la edad del menor”. Además, “el niño debe saber que sus actos tiene consecuencias, tanto en positivo como en negativo”, entendiendo que las normas son guías de comportamiento para favorecer su desarrollo evolutivo.
La Escuela de Padres, fruto de un acuerdo de colaboración entre el equipo del Hospital y la red de guarderías Bichos, nace con un doble objetivo: por un lado, asesorar al profesorado y ayudarle a detectar en clase posibles problemas de comportamiento; y por otro, a los padres, a quienes a través de una reunión mensual se les proporciona estrategias para afrontar comportamientos poco adecuados de sus hijos.