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07/04/2017 - 09:37 General

“Para detectar la depresión no sólo hay que tener en cuenta la tristeza. Hay veces que incluso ésta puede no aparecer”. Así contradice Diego Urgelés, psiquiatra de la Clínica Nuestra Señora de La Paz de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, uno de los mitos existentes hasta el momento sobre la depresión.

Con motivo del Día Mundial de la Salud que se celebra hoy y que este año se centra en la depresión, Urgelés destaca que algunos datos claves para detectar que alguien a nuestro alrededor, o nosotros mismos, padece depresión “son el insomnio o el exceso de sueño, la falta de energía y la apatía. También suele ser un indicador la falta de apetito”. “Aunque lo primero que hay que hacer ante estos síntomas –advierte- es descartar otras enfermedades que pueden estar produciendo la depresión como pueden ser problemas endocrinos, inmunes, deficiencias vitamínicas o anemias entre otros muchos.

“La depresión afecta en España a una de cada diez personas a lo largo de su vida, siendo la tercera causa de discapacidad y está detrás de una gran parte de los suicidios”, advierte este profesional. Sólo en nuestro país ocasiona gastos anuales superiores a 10.000 millones de euros, es decir, un coste para la sociedad superior al 1 por ciento del PIB.

Causas
El número de afectados crece y esto puede deberse a diferentes factores: el envejecimiento de la población, los entornos laborales cada vez más estresantes o incluso la exposición continuada a la luz. Urgelés señala otra circunstancia que contribuye al aumento de esta situación “la inacción de las autoridades sanitarias, ya que se ve afectada por uno de los grandes estigmas de la enfermedad mental: la falsa creencia de que no hay solución”.

“Cada euro usado en el tratamiento y la prevención de esta enfermedad, ahorraría cuatro a la sociedad en gasto sanitario directo e indirecto”, advierte el responsable de I+d+i de la clínica Nuestra Señora de La Paz. “Prevenir la depresión es una inversión muy rentable.

Qué es la depresión
Científicamente hablando, podemos explicar el síndrome depresivo como el resultado del desgaste de algunas zonas del cerebro. “Un desgaste que se puede medir al microscopio”, aclara el doctor. La edad avanzada o los problemas hormonales (de ahí que haya más depresión en mujeres que en hombres), también disminuyen la capacidad de reparación.

La depresión aparece por una actividad excesiva en las neuronas que las debilita hasta que no pueden recuperarse. Esto sucede con la falta de sueño, el exceso de trabajo, fuentes de estrés crónico o el consumo de alcohol. Todo esto aumenta el desgaste del cerebro y, por lo tanto, la muerte neuronal. También contribuyen problemas nutricionales o algunos tipos de tumores.

Tratamiento
Una de las grandes barreras es que “la misma enfermedad es un obstáculo para su tratamiento, ya que los pacientes depresivos no suelen quejarse, no piden mejores tratamientos ni que se luche contra su enfermedad” alertan desde la clínica. La experiencia de décadas en el tratamiento de esta enfermedad ha constatado que “también existe una cierta vergüenza, ya que se cree que se trata de algún tipo de debilidad personal o defecto”.

“Un tercio de los pacientes nunca serán diagnosticados, por lo que difícilmente recibirán ayuda”, sentencia Urgelés.

Una vez detectada la patología, para tratar la depresión el profesional destaca tres pasos fundamentales: “conseguir un sueño reparador, disminuir la ansiedad y usar fármacos o psicoterapia (a elección de uno u otro dependerá del tipo y la intensidad del problema)”.

“Actuar sobre los factores de riesgo, mejorar la formación de los profesionales, aumentar la detección de casos e informar adecuadamente a la sociedad acerca de esta enfermedad son las asignaturas pendientes de una política de salud pública claramente insuficiente”, concluye Diego Urgelés.