Unos sesenta residentes del área de Discapacidad Intelectual del Centro Asistencial de Málaga han participado en un novedoso programa en el que la música ha sido el elemento motivador. El resultado ha sido tan sorprendente que los profesionales han “descubierto” algún que otro talento entre los asistentes. Este acercamiento a la música en el plano teórico y práctico a través del conocimiento de varios instrumentos, ha posibilitado que se concentren, que se animen y que se sientan mejor.
 

Este perfil de paciente  con discapacidad intelectual suele presentar problemas de conducta, según afirma Paloma Bresca, enfermera de profesión y música en su tiempo de ocio, impulsora de este proyecto denominado Jornadas de la Música y que tendrá su broche de oro el próximo viernes con el concierto del malagueño Rafael Estepa.
Bresca explica cómo diseñó esta actividad, adaptada al perfil de los usuarios a los que ella atiende “se trataba de acercarles a la música, ser didácticos y divertidos para conseguir el objetivo de utilizar la música como terapia de mantenimiento del bienestar del paciente”.

De hecho, parte de esta actividad incluía una visita al museo interactivo de música de Málaga acompañados de familiares y amigos.
Los sesenta participantes se dividieron en varios grupos para recibir “las clases”. Sin duda, la más divertida fue aquella en la que pudieron tocar los instrumentos: piano, guitarra, xilófono, saxofón, acordeón… e hicieron el ejercicio de aprender a distinguirlos por el tacto o por el sonido.