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La desestigmatización de la salud mental es asunto de todos: familias, escuela y centros educativos

Fecha: 
10/10/21
Categoria: 
General
Foto: 
10 de octubre, Salud Mental, Día Mundial, Calixto Plumed, estigma

Como señala Calixto Plumed, psicólogo de la Clínica Nuestra Señora de La Paz, de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, la estigmatización de la enfermedad mental es fruto de temores, mitos y estereotipos que en conjunto han provocado la discriminación y etiquetación de aquellas personas que padecían un problema de salud mental. “Por eso, desde cada persona debe surgir el apoyo y la comprensión necesaria para acabar con esta situación. La desestigmatización de la salud mental es asunto de todos, empezando por las familias, la escuela y centros educativos” explica.

Más de mil millones de personas sufren algún tipo de trastorno mental. Pero al no haber datos y registros totalmente fiables, puede ser mayor la cifra. Aproximadamente de 121 a 150 millones de ellos sufren depresión; entre 70 y 90 millones padecen trastornos por el abuso de alcohol o diversas drogas; de 24 a 25 millones sufren esquizofrenia; 37 millones tienen demencia, un millón de personas se suicidan cada año y entre 10 y 20 millones lo intentan. Se calcula que una de cada 4 familias en el mundo tiene un miembro con algún trastorno mental (Saraceno, 2004).

Hay más de 40 millones de personas que sufren del trastorno bipolar. La prevalencia del trastorno por país puede variar entre el 0,4 por ciento y el 1,5 por ciento. Más de 275 millones de personas sufren de algún trastorno de ansiedad (170 millones son mujeres y 105 millones son varones), lo que los convierte en el tipo de trastorno más prevalente del mundo. Se estima que a nivel mundial hay más de 268 millones de personas con depresión.

Estigmatización de las enfermedades mentales
“Los mayores retos se basan en lograr ver a las personas con enfermedad mental como personas normales, sin necesidad de asociarlas a peligrosidad -destaca Plumed-. Los medios de comunicación han favorecido morbosamente en muchas ocasiones haciendo un flaco favor a la persona que tiene un trastorno mental”. “Necesitamos comprender que la salud es un concepto global en el que interactúan diversos factores, ninguno de los cuales ha de excluirse”, explica el psicólogo de la Clínica Nuestra Señora de La Paz.

“El origen de esta estigmatización es fruto de temores, mitos y estereotipos que en conjunto han provocado la discriminación y etiquetación de aquellas personas que padecían un problema de salud mental. Desde la antigüedad ya se establecían diferencias entre este tipo de problemas y otros del ámbito de la salud. En algunas ocasiones, eran percibidos como algo negativo y en otras, como algo positivo asociado a la genialidad de un autor, nos aclara Calixto Plumed.

En su opinión, para que se llegue finalmente a una situación de desestigmatización hace falta trabajar en diversos sectores o lo que es lo mismo, actuar a través de intervenciones en: los medios de comunicación, promoviendo el concepto de salud mental desde una perspectiva más realista y positiva al mayor número de personas posibles; diagnósticos, que el uso de las categorías diagnósticas sea razonable, para no caer en etiquetas; sanidad, requiriéndose una atención sanitaria efectiva que promueva la salud y la prevención de la enfermedad mental; atención integradora a la persona, desde diferentes sistemas, y haciendo hincapié en todo lo que equivale a la salud para el ser humano; sistemas de apoyo, contacto e interacción socila, para que se clarifiquen los mitos y exista un tratamiento adecuado de las personas con enfermedad mental y con medidas legales, para afrontar procesos de discriminación y violencia relacionados con la patología mental.

El problema, alerta, son los costos sociales significativos e incuantificables en términos del rechazo social, estigmatización, discriminación y ausencia de oportunidades de trabajo para las personas con trastornos mentales. “Las familias -añade-, también deben lidiar con varios aspectos como la carga emocional de cuidar al enfermo si está discapacitado y apoyarlo económicamente si no trabaja, cubrir los costos de los tratamientos como consultas, hospitalizaciones, terapias, medicamentos, transportación a los lugares de atención, etc.

Como explica el psicólogo, un cambio importante que ha ocurrido en los últimos años es que el manejo de la información respecto a los trastornos mentales y a la salud mental no es algo exclusivo de los especialistas. Existe una participación más activa e importante de las familias, en el proceso de la enfermedad, durante el tratamiento, en el proceso de recuperación y en el apoyo emocional al paciente.
“Finalmente -comenta-, la difusión de la salud mental es importante, por lo que se propone que la información disponible en este campo trascienda al personal de la salud mental de manera que pueda ser ampliamente difundida y se encuentre disponible para el público en general, con el propósito de que sea de utilidad para prevenir, promover y fomentar la búsqueda de la salud mental de todos los ciudadanos. Sin duda, es mejor tener a la población debidamente informada para que se puedan evitar estigmas, prejuicios, discriminación, y promover el respeto a los derechos humanos de las personas que padecen trastornos mentales”.