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13/04/2012 - 09:31 General

El Congreso Nacional de Suelo Pélvico reúne en Madrid hasta este viernes a especialistas en ginecología procedentes de todo el país.
 


Ginecólogos del Hospital San Juan de Dios de Aljarafe van a presentar en este foro, promovido por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, el protocolo de atención a la incontinencia urinaria que se lleva a cabo en el centro, así como las últimas técnicas quirúrgicas para la corrección del suelo pélvico.
El suelo pélvico es un sistema de músculos y ligamentos que cierran el suelo del abdomen manteniendo en posición correcta y en suspensión la vejiga, el útero y el recto en contra de la fuerza de la gravedad.
El debilitamiento del suelo pélvico puede provocar uno o varios de los siguientes trastornos: incontinencia urinaria de esfuerzo, prolapsos (caída de los órganos intrabdominales) y disfunciones sexuales. El tratamiento de estas disfunciones está en continuo desarrollo, con una evolución ascendente dentro de la ginecología.
La incontinencia urinaria es la pérdida del control de la vejiga. Los síntomas pueden variar desde una fuga de orina leve hasta la salida abundante e incontrolable de ésta. Este problema puede darse en cualquier paciente pero es más frecuente tras haber tenido partos y cuando se alcanza cierta edad.
La mayoría de los problemas de control de la vejiga ocurren cuando los músculos o los elementos de sostén de la vejiga están demasiado débiles o los músculos de la vejiga demasiado activos. Si los músculos que mantienen la vejiga cerrada y los elementos de sostén se debilitan, es posible que se sufran pérdidas al estornudar, reír o levantar objetos pesados. Esto se conoce como incontinencia por estrés o de esfuerzo.
Si los músculos de la vejiga están demasiado activos, es posible que se sienta una fuerte urgencia por ir al baño cuando realmente aún se podría esperar. Esto se conoce como incontinencia de urgencia o vejiga hiperactiva. Existen otras causas de incontinencia, tales como lesiones neurológicas o causas mixtas, pero son más infrecuentes.
El tratamiento depende del origen del problema, de su gravedad y lo que mejor se adapte al estilo de vida de la paciente. Pueden ser ejercicios simples, medicinas, dispositivos especiales o incluso la cirugía.