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29/06/2016 - 07:26 General

La Orden Hospitalaria San Juan de Dios se enfrenta después de casi cinco siglos de vida a importantes retos para dar respuesta a la sociedad actual y para garantizar el propio futuro de la Institución, entre los que destaca la importancia de avanzar en una cultura de la humanización que, a la vez, sepa apreciar las aportaciones de la ciencia y apueste por la investigación como herramienta para seguir adelante.

Así lo señaló el Superior de la Clínica Nuestra Señora de La Paz, Calixto Plumed O.H., durante su intervención en unas jornadas organizadas por San Juan de Dios en Roma, sobre la situación y perspectivas de la Orden Hospitalaria en el siglo XXI, una institución que se ha caracterizado, expresó, por su capacidad de resiliencia tanto a hechos concretos, como en su dinámica existencial.
Al respecto, recordó los cambios y adaptaciones a los que San Juan de Dios se ha tenido que enfrentar durante todo el siglo XX y puso el foco sobre los que están pendientes en la actualidad para poder afrontar los cambios que se han producido en nuestra sociedad.
En este sentido, Calixto Plumed O.H. explicó que “cualquier institución que permanezca anclada en su pasado, no avanza; pero cualquiera que no conozca y proyecte su historia hacia el futuro, tampoco es creativa, pues ignorar la historia es estar siempre inventando el pasado con la inseguridad que implica la falta de aprendizaje”.
En el futuro, como en el pasado, apuntó, “la humanización es una brújula que orienta la vida profesional y personal según unos patrones concretos”. Por eso, “moverse en la línea de la humanización significa haber adquirido una cultura que afine la sensibilidad para ver al enfermo con simpatía”.
Además, recordó que una cultura de la humanización sabe y aprecia lo relativo a la ciencia, “y sabe que más allá de los descubrimientos, de los avances en el campo de la medicina, de la física, de la química, están las reacciones psíquicas del enfermo, su angustia y sufrimiento”.
Calixto Plumed O.H. también apuntó que la Orden en España tiene que abrirse a la investigación experimental en sus centros y hacerse promotora de la misma ante instituciones que la favorecen.
En este sentido, se refirió a que San Juan de Dios debe adaptarse a los cambios vertiginosos que se aproximan y defendió la investigación genética, “que está plasmando su impronta en el conocimiento de las enfermedades y en consecuencia lo hará en los tratamientos de las mismas”.
Entre los retos que también afronta la Orden Hospitalaria, recordó que es preciso potenciar al máximo las diversas experiencias en las áreas de la atención pastoral: salud mental, hospitales generales y cuidados paliativos, personas con discapacidades psíquicas y físicas, ancianos, el ámbito de las adicciones o el de las personas sin hogar.
También habló de la teología del servicio: “Para que el ejercicio de hospitalidad sea verdaderamente irreprochable y aparezca como tal, es necesario ver en  el prójimo la imagen de Dios”, explicó.
La sensibilidad con los temas de Bioética en defensa de la dignidad de la persona, los derechos del enfermo, la atención integral a la vejez, la mejora en los cuidados paliativos y  a los enfermos crónicos, la educación especial hacia la diversidad o el mantener la misión evangelizadora de la Orden son otras líneas en las que San Juan de Dios habrá de incidir, si quiere resistir y adaptarse a los nuevos tiempos, aseguró en Roma.